Vivimos un presente donde sabemos que no fue así, ni es así, entonces, porque tratar de mantener las cosas igual, con deslegitimación de los derechos humanos, con desigualdad social, y con la concentración de la riqueza, observando como se diluye el gasto público en guerra.
Alguna vez, el líder hindú Gandhi se pronuncio al respecto, y dijo “…ojo por ojo y todos acabaremos ciegos…”.
Es evidente que el estado necesita recuperar institucionalidad en el territorio, y se ha logrado ese propósito de alguna manera. Sin embargo, la institucionalidad también se construye con una mejor oferta del bienestar social, enmarcado en una cooperación productiva y comercial, una reforma agraria, y calidad en educación y salud.
Elegimos nuestros representantes, porque realmente ellos contemplan nuestra visión, nuestros deseos de unión, de trabajo en equipo y de prosperidad social.
Ahora con políticas de izquierda y derecha, es el momento de reflexionar, porque realmente tenemos tres brazos, y escrito esta “…no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha…” por eso nuestra visión no es de izquierda o de derecha, nuestro tercer brazo es la conciencia que actúa en nuestra mente, entonces, no elegimos representantes en el poder ejecutivo y legislativo para que con visiones cortas, nos mantengan en la mediocridad de iniciativas populistas de seguridad.
Nuestra visión, claramente escrita esta, en el preámbulo de la constitución “... fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, y comprometido a impulsar la integración de la comunidad latinoamericana…”.
No dejemos que nuestro pasado y presente, conviertan la política en el mayor horno crematorio de nuestra visión de un país social y democráticamente prospero.
Es TU CONCIENCIA el tercer brazo, el que tiene la fuerza de decisión, que construye un mejor futuro para nuestros hijos y compatriotas, haz una buena elección al escoger presidente, y sonríe en quince años a tus nietos, narrándoles con orgullo como participaste en el momento en que la historia de Colombia cambio.